Todos sabemos que el conflicto forma parte de la vida y puede aparecer en cualquier momento. Desde que nos levantamos por la mañana, antes incluso de iniciar nuestra jornada laboral, nos podemos tropezar con algún pequeño conflicto, ya sea con nuestra pareja, con nuestros hijos o con algún vecino que ha incumplido las mínimas normas de convivencia en nuestra comunidad aquella misma noche.

Por tanto, si es habitual convivir diariamente con multitud de conflictos ¿por qué nos empeñamos en no asumirlos, afrontarlos y resolverlos, si en el fondo sabemos que ello va en claro perjuicio de nuestras buenas relaciones e incluso de nuestra salud?; y en definitiva, ¿por qué nos cuesta tanto gestionarlos adecuadamente?

Sin duda, es importante saber por qué se produce el conflicto. Conocer como el conflicto lo provoca, quizás, una incompatibilidad de objetivos, la ignorancia de los mismos, una inmovilidad de posiciones, una necesidad no atendida o una falta de reconocimiento. Yo quiero algo y tú quieres otra cosa y no vemos como podemos obtenerlo los dos. Visiones diferentes o diversidad de opiniones en las que, además, entran en juego y cobran especial protagonismo nuestras emociones. El conflicto es, por tanto, algo que nos sucede de manera cotidiana en nuestro día a día, ante el que deberíamos estar preparados, aprendiendo a gestionarlo, sin perdernos ante él en conductas de evitación o enfrentamiento que en nada nos benefician.

Es por ello que te propongo un plan para mañana. Cuando te encuentres con tu primer conflicto del día “recíbelo” practicando con él estos sencillos consejos que seguro te permitirán gestionarlo y harán que te sientas mejor:

1.- CONSERVAR LA CALMA Y EL RESPETO.- Significa “me importas”

Si el conflicto, aunque sea pequeño, te ha alterado más de lo deseable intenta mantener y recuperar la calma, ya que solo desde un estado tranquilo podrás practicar de una forma efectiva el resto de consejos.

2.- ESCUCHAR CON ATENCIÓN.- “Quiero conocer lo que te ocurre, no juzgarlo”

Normalmente escuchamos al otro para responder y no para comprender. Sin embargo, una auténtica escucha implica ser generoso y centrarse en el otro. Escucharle para entenderle, interesándote por lo que te tiene que contar, por sus razones, sus intereses y sus necesidades, y ello sin perder de vista el hecho de que siempre hay algo de razón en cada uno y, por tanto, en el otro también.

3.- EMPATIZAR.- “Entiendo como te sientes “

Colocarnos en el lugar del otro para comprender como se siente, pero no desde nuestra perspectiva, sino según sus creencias y escala de valores. No se trata de sentir lo que siente el otro, sólo de ponerse en su lugar y entenderlo.

La empatía es la base de nuestras relaciones y una cualidad necesaria para tener éxito y ser felices. La comunicación no verbal o algunos gestos sinceros como el contacto visual, un abrazo, una sonrisa, una caricia, pueden ayudar, sin duda, para empatizar con el otro.

4.- NO SUPONER.- ”Te pregunto para conocer y solucionar”

No interpretes ni creas que sabes lo que el otro piensa porque tienes muchas posibilidades de equivocarte. Si tienes alguna duda o quieres saber más, simplemente pregunta y hazlo siempre desde el respeto, la calma y con mucha amabilidad.

5.- HABLAR DESDE EL YO.- ”Quiero comunicarte como me siento”

Nunca hables desde el “tú eres “ pues eso es recibido como un reproche y provoca que el otro se sienta atacado y se cierre. Habla siempre desde el cómo te sientes tú ante una acción concreta que te molesta o respecto a la que estás en desacuerdo, así el otro no se sentirá atacado ni juzgado, sabrá cómo te sientes realmente y podrá actuar al respecto.

6- PRACTICAR UNA VISIÓN POSITIVA DEL CONFLICTO.- “Podemos unirnos, saber más el uno del otro y pensar opciones “

Busca lo que te une con la otra parte y no te enfoques en lo que os separa. Reflexiona y céntrate en encontrar intereses y necesidades comunes, siempre los hay, para poder empezar a construir vuestra solución a medida. Encuentra un objetivo común, dejando de lado las posiciones individuales de cada uno, haciendo concesiones en cosas que no sean prioritarias para ti si es necesario, para evitar el bloqueo y un desgaste emocional innecesario por la escalada del conflicto. Ello os permitirá avanzar y dar pasos hacia delante para llegar a una solución win-win.

7.- CREATIVIDAD.- “Podemos construir una solución a nuestra medida “

Para una solución del conflicto satisfactoria para todas las partes necesitarás, sin duda, poner en práctica tu vena creativa ya que, para conseguir una solución ganar-ganar, deberás crear y diseñar propuestas de solución distintas a tu posición y a la de la otra u otras partes en el conflicto, creando nuevos escenarios e innovando nuevas salidas al conflicto.

En definitiva, nuestra receta OpenUp para gestionar conflictos contiene varios ingredientes indispensables: voluntad para solucionarlos, respeto y escucha activa hacia la postura de la otra parte, empatía y creatividad para encontrar una solución win-win.

Pon a trabajar tus habilidades con este plan, tu mejor herramienta.

¿Empiezas a practicar mañana con tu primer conflicto del día?

Carmen Gil